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Pronunciamiento de El Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres sobre el trato que han recibido Lilian Tintori y Antonieta Mendoza

El Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres rechaza categóricamente, ante la opinión pública en general y las más altas autoridades del gobierno, el trato que han recibido las ciudadanas Lilian Tintori y Antonieta Mendoza con ocasión de sus visitas, el domingo 17 de enero de 2016, a su esposo e hijo, Leopoldo López, detenido injustamente en la Cárcel Militar de Ramo Verde. En efecto, como han señalado dichas ciudadanas y así ha sido recogido por diversos medios de comunicación, se les exigió desnudarse, incluso delante de sus menores hijos y nietos, al ingresar a la citada cárcel, como requisito para visitar a su esposo e hijo.

Sin entrar a pronunciarnos sobre la violación de los derechos humanos a que están siendo sometidos los presos políticos venezolanos, que incluye tanto el internamiento en celdas que carecen de las condiciones mínimas que garanticen su salud física y psicológica como los diferimientos injustificados de las audiencias de presentación, es indudable que la actitud de las autoridades de la Cárcel Militar de Ramo Verde en contra de la madre y la esposa de Leopoldo Lopez, constituye una clara violación a los derechos humanos de las señoras Tintori y Lopez, que atenta tanto a su dignidad como personas como a su pudor personal, derechos que recogen tanto los tratados internacionales como la propia legislación venezolana.

En efecto, los Tratados internacionales de Derechos Humanos, especialmente los mandatos contenidos en la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, así como en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que consagran y protegen los derechos de las mujeres, prohíben las medidas por parte de los órganos del estado que impliquen vejaciones a las mujeres, ya sean éstas físicas o psicológicas.

Por otro lado, la Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, en sus artículos 32 y siguientes, consagra el derecho de los niños a su integridad física, psíquica y moral. Obligar a las señoras Tintori y Mendoza a desnudarse delante de sus hijos y nietos representa un atentado a la integridad psicológica y moral de éstos; se trata de una violencia injustificada que afecta tanto a los hijos de Leopoldo López como a su madre y a su esposa.

Por lo demás, tratándose de una cárcel militar, en la que no existe el nivel de hacinamiento o descontrol de las prisiones comunes venezolanas, no se justifica un nivel de requisa a los visitantes como el que han aplicado a las señoras Tintori y Lopez, que no es el estándar para las visitas de otros familiares de detenidos en dicho penal militar.

Esto hace evidente que no se trata de otra cosa que una medida de ensañamiento, dirigida a dificultar cada vez más las pocas visitas permitidas a estas ciudadanas, lo que igualmente viola sus derechos humanos fundamentales, como son los de tener contacto personal con su pareja o hijos y brindarse mutuamente apoyo.

El ensañamiento contra la familia de un preso político constituye una práctica propia de los más retrógrados regímenes dictatoriales, y no se corresponde con un gobierno que se llama a sí mismo democrático. Es además un acto de cobardía, que empaña la imagen y el honor de las instituciones de las cuales sus perpetradores forman parte.

En consecuencia, denunciamos y requerimos a las autoridades bajo cuya responsabilidad se encuentra la cárcel Militar de Ramo Verde, el cese de las conductas de hostigamiento y obstrucción que hasta ahora han ejercido sobre las ciudadanas Lilian Tintori y, en particular, que se suprima la exigencia de desnudarse antes y después de las visitas a sus cónyuges, respetando sus derechos humanos como mujeres y madres de familia.

Hacemos extensivo este requerimiento a todos las demás penales e instituciones penitenciarias venezolanos, en los que la vejación física y psicológica en contra de las esposas, madres, hijos e hijas menores de los privados de libertad, se ha ido convirtiendo en algo rutinario. Les recordamos a las autoridades que las épocas en que la responsabilidad penal y sus consecuencias recaían también en los familiares de los reclusos han sido superadas ya hace varios siglos. Nos solidarizamos, sin lugar a dudas, con todas aquellas mujeres de los sectores populares que frecuentemente deben someterse a un trato vejatorio para poder ejercer el derecho humano fundamental de visitar a sus padres, hijos o parejas detenidos.


En Caracas, a los 21 días del mes de enero de 2016